martes, 19 de agosto de 2014

ENTREVISTA A AZUCENA BERRUTTI

LAS PALABRAS QUE TE MUEVEN 

PREGUNTAN: FEDERICO MEDINA, CARLA DE MELLO, GASTÓN LEPRA Y EUGENIA RAMIS



Hacía mucho frío y estábamos un poco nerviosos. Azucena nos esperaba a las tres de la tarde en su apartamento del barrio Cordón y nos había adelantado que quizá no tuviera nada interesante para decir. 
La idea de entrevistarla tenía motivado a todo el equipo del Correo pero ahora llegaba la hora de la verdad. Le caímos cuatro de nosotros. Se nos ocurrió que además de venir los más veteranos y Eugelata, nuestra fotógrafa oficial, podía ser una buena oportunidad para invitar a otra integrante de la Juventud Socialista, y entonces sumamos a Carla. 
Tres menos diez llegamos todos y nos reunimos alrededor de un pequeño árbol de la calle Minas. A las tres en punto, tocamos el timbre del portero eléctrico. Con sorpresa vimos bajar del ascensor a la propia Azucena que a partir de ese instante nos abrió las puertas de su casa con gran calidez y mucho humor.

“Yo puedo decir los disparates menos pensados pero me voy a cuidar, porque ya tuve tanto problema con eso” -nos dijo ni bien nos sentamos en su living y fue motivo de las primeras risas, las que estarían presentes a lo largo de las dos horas y pico de charla. En ese clima distendido y poco solemne pudimos preguntarle sobre su vasta carrera profesional como abogada, sobre sus años de estudiante y sindicalista, sobre sus pasiones e inquietudes, sobre sus días de imprescindible protagonismo en la historia del Uruguay. Pero también hablamos sobre libros, diarios y programas de radio. Una entrevista con momentos de pura emoción, de frases imborrables y cuentos magistralmente narrados. 


El diálogo comienza con las presentaciones del caso, lo simpático que le resulta a Azucena ver el Correo Socialista en los kioscos y los posibles “disparates” de los que cree, debería cuidarse.

...Yo tengo un problema y es que siempre digo la verdad. Eso es algo tan inconveniente para la vida. Por un problema de buenos modales y buena educación. De repente, uno le dice a alguien -che qué gordo que estás, en forma simpática. Pero yo no puedo sino decir la verdad, soy una decidora compulsiva. Porque la verdad es el primer paso a la justicia. No se puede llegar a la justicia si no se parte de la verdad. Llegar a la verdad, sabrán cuántas verdades hay, la verdad única...Ustedes que son periodistas si sabrán cuántas verdades hay. Entonces ahí luchamos, ahí estamos. Trabajamos siempre en esa línea.

¿Usted se informa todos los días? ¿Es de leer los diarios o estar atenta a los informativos?

Ahora no, siempre fui una persona muy atenta. En mi juventud, los adolescentes con inquietudes leíamos Marcha. Soy de ese tiempo. Cuando iba al liceo, antes de entrar compraba la Marcha que formó a toda una generación en este país. Y después de eso uno se va formando esa conducta que responde a una manera de ser. Qué se yo, mis queridos amigos pintores a lo mejor no leían tanta prensa, pero pintaban. O los muchachos que ya escribían poemas a los veinte años. En cambio una estaba tratando de ver dónde estaba la justicia y la injusticia. Son modalidades de la personalidad , ni mejores ni peores que otras. A mi me dio una vida llena de aconteceres, lo peor es quedarse quieto y no hacer nada. Eso es lo peor.

Esa inquietud sobre los grandes problemas, ¿usted recuerda si ya la tenía de muy niña?

Ay... quiero pensar que sí, porque la inquietud proviene del hecho de responder a lo que genera la injusticia...

Parece que antes era más común que un joven comprara un diario, un semanario, y ahora tal vez los jóvenes se informan de otro modo.

Claro, ¿pero vos sabés cuántos años tengo yo?......¡Ochenta y cinco! Te podés imaginar, estoy al borde del siglo. Entonces, cuando yo era adolescente, ni televisión, ni compu ni ninguna otra cosa, de esa cantidad de cosas como las tablets esas que quieren repartir Tabaré. No había nada. Es decir, había, claro, algunos teníamos la suerte de poder estudiar. Y además, ¿qué hacía yo con mis amigas y amigos? Conversábamos, discutíamos. Pensábamos cómo teníamos que comportarnos frente a determinada actitud, todo eso va formando personalidades. Claro, también queríamos hacer las cosas bien. Ganar dinero no se le ocurriría a nadie, hoy eso puede sonar raro, es cierto. Pero además teníamos toda una actitud ante la cultura y Montevideo era una ciudad visitada por grandes personas de la cultura y la política del mundo, y eso era todo muy estimulante. Ahora también vienen una cantidad de personas; hoy de mañana escuchaba un reportaje que le hacía Cotelo (Emiliano) al alcalde de Bogotá y vos sabés que es una persona interesantísima, pero escuché un fragmento nada más. Después lo voy a poner en la computadora para ver si consigo escucharlo.

Así que está actualizada con las herramientas informáticas.

Lo básico, tengo celular, un televisor. Porque yo no puedo salir. Salgo muy poco prácticamente. Por el frío, tengo algunos problemas de salud. Entonces trato de tener el confort.

Tiene todo al alcance de la mano como para no salir más de acá.

La burbuja climatizada le digo yo, pero con la puerta siempre abierta para los amigos que quieren venir a conversar, y si no quieren conversar, no importa, vienen igual. Entonces tengo televisor, tengo radio, computadora y celular. Esos son mis elementos de comunicación.

¿Y en qué orden los utiliza? ¿Escucha más radio, mira más la televisión, pasa más tiempo en la computadora?

Tengo unas rutinas, porque yo soy una persona muy ordenada. Como todas las viejas me levanto temprano, entonces me despierto, pongo la radio y escucho los distintos informativos, y me acuesto temprano también.

¿A qué hora?

A las veintidós, estoy esperando desesperada que lleguen las veintidós porque me quiero acostar temprano. Como todos los viejos tambien, duermo seis horas, viste.
Entonces mirá, de noche escucho la 26, la del Sodre, que pasan obras muy buenas.
Hay una muchacha Daina (Rodríguez) que me gusta mucho, pero básicamente me acuesto y arranco el día escuchando la radio. El informativo de la 28 me da todos los titulares, después pongo Sarandí y después a Darwin (personaje de Carlos Tanco de Océano FM). Yo de mañana, tengo la mañana con Darwin, ahora está de licencia, por lo cual no sé qué pensar porque no tengo a mi guía.

Asì que ahí tiene un vacío en la rutina, en la burbuja le está faltando algo...

Como de mañana no tengo nada que hacer igual me levanto temprano y de repente me miro una película hasta que venga Darwin. Tengo los canales Premium esos y me encantan las películas clásicas: Los Hermanos Marx, Chaplin, Humphrey Bogart, esas cosas.
¿Y cómo es tu mañana Carla?

Yo estudio en Facultad de Ciencias Sociales, así que desayuno, me voy para la facultad donde tengo clases todas las mañanas, y estoy ahí hasta el mediodía. Y en la tarde estudio o voy para el local de mi brigada.

El problema es que yo no tengo nada que hacer, hago absolutamente lo que quiero, nada más. Yo siempre tuve dias muy complejos, muy exigentes, dormir si se podía, tres o cuatro horas nada más. Pero ahora, puedo hacer lo que quiero. Como si tengo hambre, si quiero me acuesto o me hago un té, si quiero hablo por telefono, si quiero no atiendo el teléfono. Te das cuenta, estoy circunscripta a la “burbuja”.



Es como una gran cambio.

Es toda una evolución pasar de tener muchísima actividad, por suerte toda mi vida fue así. Ahora no tengo actividad. Podría tener, siempre se puede tener. Pero es un poco una decisión con relación a la realidad, hay problemas de resistencia física. Yo si dijera que asumo un compromiso de determinada tarea me tendría que levantar todos los días a determinada hora o más o menos y estar a las nueve de la mañana en algún lado, no puedo. Esto te lo digo como -que lástima, no puedo. Tampoco puedo salir a la calle con todo este frío. Pero racionalicé que es otra etapa de mi vida, una etapa no de balance, más bien de reflexión, de ver cómo si lo que una hizo en cualquier plano, familiar, en cómo se llevó en el relacionamiento social con las personas que lo rodeaban. Entonces si una se comportó en una forma que le diera algún sentido positivo y de alegría a la sociedad, si contribuyó de alguna manera a eso… Yo sé que traté de no molestar ni hacerle daño a nadie. Ahora en qué medida ayudé además, no sé, me quedan las intenciones. Son reflexiones, porque una piensa tantas cosas.

¿Siente que lo que hizo valió la pena?

Eso lo tendrian que decir otros, para mí valió la pena porque me hizo conocer la vida y conocer cuál era mi realidad y cuál era la realidad de otras personas. Entonces en ese sentido me abrió la cabeza. La tarea más importante para mi siempre fue voluntaria. Yo tenía mi trabajo, era municipal, y para mí fue importantísimo toda mi participación en ADEOM; creo que fue fundamental en mi vida.
Cuando yo empecé a trabajar estaba estudiando abogacía. Entonces iba al centro de estudiantes, llamaban a una asamblea y yo trabajaba medio día, por lo cual si me pasaba medio día en la facultad no estudiaba. Así que no iba, agarraba el programa y los libros y estudiaba por mi cuenta; porque después a la una y media tenía que firmar tarjeta, dieciocho y treinta salía de trabajar y luego otra vez iba para mi casa a estudiar. No había derecho a toda es cantidad de días libres que hay hoy; se ha mejorado mucho en ese sentido. Yo estuve años sin ir a la playa a pesar de que vivía a diez cuadras, porque tenía veinte días de licencia por año y esos veinte días te los reservabas para dar los exámenes. No había licencia de estudiante, no había licencia gremial.

Hizo la carrera a la par del trabajo.

Sí, yo entré a la facultad en el mes de marzo como se estila y en el mes de abril, fue mi primer trabajo. Aprendí los kilos, mucho más que en la facultad. Trabajaba con un abogado muy destacado, yo era su única empleada y tenía que atender a clientes muy importantes que venían al estudio, y además hacía eso que se llama procuración en los juzgados. Fue una experiencia extraordinaria para mí. Escuchaba y veía los juicios y me quería morir, y una se va haciendo socialista ahí. A los dos años de estar con este abogado tuve la oportunidad de entrar como auxiliar en la Intendencia, a trabajar en una biblioteca de barrio. Y bueno, ahí "pafate", ya nació Azucena.

¿Usted siente que fue en ese momento?

Claro, pensá que yo tenía unos veinte años y un monton de informacion, muchisima informacion sobre el acontecer y todo eso.
Un día, yo ya había dejado la biblioteca, me habían trasladado a las oficinas centrales, y me viene a ver una persona que yo ya conocía porque también había estudiado derecho. Y me dice -mirá tenemos un gremio. Yo enseguida me afilié con toda la intención de militar. Ese muchacho que vino a verme, vino a verme para que me afiliara al gremio, no a un partido. Para mi eso fue fundamental.

A ustedes les va a parecer mentira pero si yo tenía veinte años y nací en el 29 quiere decir que estábamos en el 29, 39, 49, en el cincuenta. No había mujeres en el sindicato. Me acuerdo que salí de trabajar y me fui a ADEOM, que no estaba allí donde está ahora en Canelones. Esa sede es una sede propia por la cual luchamos mucho para comprarla, fue magnífico. Estaba en una casa sobre Ejido que tenía una larga escalera. Entonces subí la escalera y... vos pensá, una estudiantita de veinte años, imaginate. Ahí había unos tipos sentados, conversando en un patio. Llego y me dicen -¿qué desea? Yo les dije que era socia y venía a buscar un lugar de trabajo. Produje un desconcierto total. No, no, no es así, usted está afiliada, eso está bien, pero esto es una cosa para hombres - me dijo uno. No, no, yo me hago socia, este es mi sindicato y quiero trabajar en el sindicato - les dije. Ellos insistían en que me fuera y después era a ver quién hablaba más fuerte. Yo no podía entender que me dijeran que me fuera. Luego vinieron unas personas de adentro y uno de ellos que me conocía me dijo que me fuera, que después iba a hablar conmigo que esto se iba a arreglar. Después fue efectivamente a hablar conmigo y me dijo que podía ir a trabajar a una comisión que se llamaba Comisión de sectores y arranqué.
Fijate lo que es la Intendencia, tenés que pensar en una sede, llena de trabajo burocrático administrativo, tenés que pensar en la gente, no había contenedores, había gente que barría, agarraba las bolsas y subía y bajaba al camión, y si tenían mal los zapatos se caían del camión. Y después tenías en la otra punta a La Comedia Nacional, y pasabas por los casinos y también estaba La Banda (Municipal) y el saneamiento y los túneles de la Ciudad Vieja, que son una especie de ciudad subterránea, donde una vez como los compañeros trabajaban sin luces tuvieron un accidente y los atacaban las ratas; eso era toda la parte subterránea de la Ciudad Vieja, todo un mundo impresionante. Entonces vos que venías de haber estado leyendo a Borges, aquello te resultaba fantástico; parecía un caos y además había tanto tanto para hacer. Aprendí tanto...

O sea que la primera aproximación a la militancia fue a través de ADEOM...

Fue una aproximación que se convirtió en una militancia totalizadora. Con los problemas de sectores: venía un compañero y decía tal cosa, y yo estudiantita de derecho - ah no, no, eso no se puede hacer. ¡Pero cómo no se va a poder hacer!- me decía un compañero obrero que estaba allí. Y yo -pero no, no ve acá, hay un reglamento que dice tal cosa. Y me dice el tipo - si usted va a leer el reglamento y me va a decir que venimos acá para hacer lo que dice el reglamento, entonces no venimos nada. Nosotros venimos acá para cambiar el reglamento. Se hizo la luz- pensé. Se hizo la luz, yo estaba ahí para cambiar el reglamento, no para decirle a la gente disciplinada cómo se tenían que hacer las cosas, lo que tenía que hacer era cambiarlo. No me olvido más de ese compañero. Como cuando fui a una asamblea. En esos tiempos nosotros éramos tantos que las asambleas se hacían en el Palacio Peñarol; eso era importante. Por el Sindicato y...por Peñarol también. Yo estaba sentada allá arriba, fui a escuchar a las personas que a mi me parecían importantes que se subían al escenario y hablaban; para mi todo eso era ponerme en contacto con el mundo. Entonces subió un flaco, estaban discutiendo si íbamos o no a la huelga. Y el flaco dijo un montón de cosas, pero además dijo lo siguiente: "para morirme de hambre trabajando, más vale me muero de hambre sin trabajar". ¡Qué les parece! Evidentemente el muchacho estaba pasando mucha hambre, pero a partir de ese momento ya no tuve más problema para levantar o no la mano. No me olvido más de esa imagen, la tengo como retratada.

¿Tu primera aproximación al Partido Socialista?

Para ese entonces yo ya estaba en la asesoría jurídica de la Intendencia donde trabajaba la Dra. Lía Prato, que es la madre de Ricardo (actual Secretario de la IM). Lía a su vez era la esposa de Hugo Prato que era Edil. Hugo era una especie de maravilla para los que estábamos en las tareas municipales, imaginate. Prato era el único Edil Socialista que había. Y fue Lía la que me llevó al Partido, porque veía que yo…
Fue terrible pero fue lindísimo, porque me había casado, tenía a mi hijo. Entonces salía del trabajo, iba para mi casa, preparaba la comida, acostaba al nene y me volvía para el ADEOM. Ya esa altura estábamos en nueve y media, diez de la noche. Y leer el presupuesto no es una tarea para todos. Había que decirle a esos grupos de delegados obreros lo que venía en el presupuesto, que era nuestro motivo de lucha, ¿no?. Después tipo dos de la mañana me iba a la esquina de 18 y Ejido a tomar el ómnibus para mi casa, y al otro día a levantarse, el nene a la escuela, pam, pam, pam, pam. Yo no trabajaba en la profesión, trabajaba solamente en la Intendencia.

____________________________________________________________________________
nuestra compañera de la Juventud Socialista, Carla de Mello
______________________________________________________________________

¿Pero ya estabas recibida?

Bueno, en ese momento no estaba recibida, pero mientras no estaba recibida también. El problema fue que yo me casé bastante mayor porque me costó mucho encontrar marido. Así que cuando yo me casé ya hacía como cinco o seis años que era abogada.

Le cambiamos un poco de tema. Fue compañera de trabajo del escritor Juan Carlos Onetti. ¿Cómo lo recuerda?

Extraordinario, gran persona, no era charlatán como yo, maravilloso ser humano. Supongo...sus pensamientos, porque un ser con esa percepción de la naturaleza humana escucharía y dejaba hablar. Siempre atento a escuchar a los demás. Un hombre de una gran bondad y preocupación por todos los seres que de algún modo vivían la vida como una lucha.

¿Al momento de conocerlo ya conocía su obra?
Cuando fue Onetti a la oficina yo ya lo habia leido, sí. Era muy lectora.

Lo nombró a Borges, también…

Desde luego, todos los jóvenes leíamos mucho. “Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche...”. Yo que sé, mis compañeros respetaban ciertas cosas. Esa es la primera frase de Las ruinas circulares (de Jorge Luis Borges), por ejemplo. No podías entrar al Sportman (bar) si nunca habías leído Las ruinas circulares, no podías.

La biblioteca que tiene aquí impresiona...

Y ha de estar como por la mitad. Se murió mi esposo, muchos eran suyos y siempre hubo mucho libro en casa. Esa biblioteca estaba llena de libros de arte. Siempre me gustó mucho la plástica. Un montón los di para una escuela y otros todavía están en cajas guardados. Ahora sé que hay muchos libros testimoniales, de investigaciones de todo lo que ha pasado en el país en los últimos años. Está bien, pero hay tanta tanta información que a veces puede hacer mucho más complicada la lucha por la verdad, porque la verdad es simple. La verdad es única. No se compone de tantas cosas, lo que yo creo como la verdad. Bueno, entonces pasa toda esa historia y después la dictadura.

¿Cómo fue esa época para alguien como usted, que la vivió desde un lugar muy particular?

Desde luego, dejé de ser municipal, yo defendía muchos presos. Fue una experiencia humana extraordinaria. Mirándola en perspectiva...se hicieron unas relaciones tan increíbles con los pocos abogados que estaban dedicados a estas tareas, se creó una especie de hermandad. Fue brutal...
A mi casa la allanaron siete veces y la balearon también. Como teníamos un garaje, pero no teníamos auto, teníamos un centro del partido en el garaje de casa donde además funcionaba el comité de base del barrio. Todas esas experiencias fueron extraordinarias.

¿Si le tuviera que dar un consejo a la Azucena de esa época que defendía a los presos qué le dirías?

Ah, seguramente no me hubiera escuchado. Pero no, no era necesario. Fue fantástico además.
Yo no podía considerar la posibilidad de irme del país. Desde luego me hablaron, pero era tan maravilloso ver de repente...conversar con José Pedro (Cardoso), él es una persona que hay que recordar... Incluso a José Pedro lo llevaron preso también... eso fue una cosa muy conmovedora….




¿En momentos tan difíciles, usted de dónde sacaba fuerzas?
¡Ah no querido, no es así! No tenés que sacar fuerzas, te sobran. Yo iba en ómnibus al Penal de Libertad. Mirá, del pueblo al penal, quedaba a no sé cuántos kilómetros...Yo tomaba Taxi en el pueblo, después se puso más pesado porque los taxis no te querían llevar. A veces encontrabas a algún abogado de esos compañeros, y había uno que era el querido compañero Díaz Maynard que iba todos los jueves, porque entre otras cosas tenía al hermano preso allí. Entonces yo iba con Daniel, ya aprovechaba.Tenía una de esas camionetas Indio.

En el Penal de Libertad estaban los presos de FUCVAM, las mujeres estaban en Punta de rieles y no era fácil, tomabas el 4 y tenias que caminar para arriba, quedabas tan embarrada tan embarrada.
Me acuerdo una vez de ir con otra abogada, la doctora Dell'Acqua, que fue la abogada de Sendic. Era un barro tan grande que no podías caminar más porque nos resbalábamos. Al final vino un tipo con un carro y nos llevó.
Cuando uno llegaba al Penal, había que entrar caminando. Entonces cuando cambiaba el cuerpo militar que estaba a cargo - a veces había uno y a veces otro. Ese día estaba un grupo que creo que eran los Fusileros Navales - el que entraba colgaba su banderín. Vos cuando llegabas ya sabías, vino la Fuerza Área, por ejemplo, cada cual tenía su banderín, sus propias características y su forma de llevar la disciplina.
Resulta que estos muchachos que estaban de guardia habían traído un banderín con una consigna que habían adoptado de los paracaidistas de Argelia. Decía “Yo me atrevo”. Y y me acuerdo que iba a caminando, pensaba y pensaba…y me decía para mí -yo también.

¿Y dónde nace esa motivación, o esa fuerza por una lucha tan importante?

Es eso que... viste, cada cual tiene su modalidad, aun dentro de la izquierda. Hay compañeros que hacen documentos, y es muy importante. Entonces, tal documento, considerando cómo encarar, lógicamente, tales problemas. Fantástico. Yo nunca hice documentos. Pero entonces, no me puedo resistir cuando algo me parece que está mal, no puedo, tengo que hacer; yo soy una persona de acción.
Cuando nació mi hijo yo tenía treinta y seis años, me pase bastante de edad, en mi casa ya pensaban que no me iba a casar, lo tenían muy asumido y no había ningún problema. De repente me casé, mi marido era una persona muy particular, imaginate que se casó conmigo.Y era de izquierda también, más hacia los.anarquistas, digamos.

Como trabajaba mucho y además teníamos una casa que era absolutamente abierta, no se sabía si era una casa o una estación de ferrocarril; porque yo nunca viví sola. Siempre teníamos gente viviendo con nosotros. Entonces algunas veces yo verdaderamente me cansaba. Había un señor que vivió tres años en casa, era albañil y tenía sus costumbres. Yo cocinaba, hacía la comida, y este buen hombre quería comer a las once de la mañana, y venía y me decía -¡pero patrona, no tiene la comida, son las once! Pero comemos a las doce -le decía yo. Y me contestaba -pero el horario de los obreros albañiles es a las once. Y yo -pero si usted trabaja solo, no tiene hora. Yo estaba cansada, nunca eché a nadie, pero la verdad pensaba, no puedo más con este tipo. Y les cuento eso para que vean lo difícil que era. Entonces, ¿sabés que me decía mi marido?: Vivió en la guerra civil española Azucena, tené paciencia... Porque ese señor no amigable, efectivamente agresivo, peleó en la guerra civil española, y se había venido al Uruguay y nosotros lo teníamos en casa, como a tantos más, sobre todo los artistas, poetas pintores, músicos.


En la interna del Frente algunos piensan que la militancia y la participación ha decaído, otros piensan que no. En momentos de definición como los que se avecinan, ¿cuál es su opinión?

Sabés lo que pasa, que la militancia es una consecuencia, no es una condición así de por sí. Entonces si vos tenés algo que hacer y eso te llama tanto como que te hace actuar, eso te convierte en militante. Ahora yo veo que está todo muy apoltronado, como si no se pudieran detectar en esta sociedad motivos para pelear. Nosotros tuvimos la dictadura, pero yo ya tenía cuarenta y cuatro años, estaba desde los quince. Y a los quince para empezar a informarme, para ver cómo era ese tema del imperialismo yanki, de los tratados militares, de qué pasaba en Centroamérica. Entonces ahora a la gente no le dan ganas de ir militar al comité de base, que es una cosa que está completamente fuera de época. A mi por ejemplo me parece increíble este problema del abuso sexual en las familias. Solamente eso sería suficiente motivo para salir a la calle, porque no lo puedo soportar realmente. Ahora por ejemplo el tema de las elecciones. Yo no sé si los jóvenes están al tanto de todo lo que está pasando en el mundo.
Me parece que falta observación, falta pensamiento. Nadie te llama a la militancia, si la injusticia no te mueve, qué palabra te va a mover.


BIROMES Y LAPICERAS: USINAS CULTURAES EN URUGUAY



ESCRIBE: FEDERICO MEDINA

Todos los días nacen canciones, poemas, películas, historias, que luego cada artista compartirá con sus amigos, familiares y vecinos; algunos más cercanos, como los propios del barrio o la ciudad, y otros más lejanos, desconocidos, extranjeros que hablan un idioma diferente, pero comparten el mismo gusto artístico o se encuentran en el disfrute de una melodía inspiradora. Te proponemos descubrir o conocer un poco más sobre las famosas Usinas Culturales uruguayas.

Un mediodía soleado de julio nos fuimos a visitar la Usina Cultural del Cerro, situada a pocas cuadras de la Terminal de ómnibus, más precisamente en el histórico predio del Programa Apex-Cerro. Llegamos y comenzamos a avanzar por el camino en subida, acompañados por sus clásicas palmeras a los dos costados del empedrado. Sobre nuestra izquierda, en la mitad del recorrido, nos encontramos con “La estancia”, una de las construcciones más antiguas del lugar; en su interior, una puerta nos lleva directamente hacia la Usina Cultural cerrense.
Nos recibe todo su equipo: Gabriel Grau, Coordinador general de la Usina y además Coordinador general de todas las Usinas del país; Fabian Acosta, Coordinador de sonido, y Manuel Larrosa, Coordinador audiovisual. En el estudio de grabación, brillan el bombo y los platillos de una batería que tiene toda la pinta de ser la vedette, entre tantos instrumentos prontos para inventar música. Hay varias guitarras rockeras, una trompeta, tambores de todos los colores, un bajo eléctrico, cables, micrófonos, una guitarra criolla prolijamente apoyada sobre una banqueta de madera.

Desde la pequeña ventana que comunica al estudio con la mesa de controles, Fabián, también conocido como Max Capote, aprieta el botón de rec y comienza la acción del día. En teoría se supone que Fabián solamente registra lo que pasa entre las cuatro paredes de paneles acústicos; algo así como una fotografía de la realidad, sin que pueda o deba interferir de otro modo, como lo haría cuando trabaja de productor. Pero en la cotidiana de todos los días - confiesa - a veces no se aguanta y comparte su experiencia con sus colegas de turno. Fabián inauguró la Usina y es una figura de referencia entre sus compañeros y amigos del Cerro. Recuerda con mucho cariño una de sus primeras sesiones en el estudio con un joven que se acercó a probar qué tal: “...había un pibe que hacía punk que tenía problemas de consumo de sustancias. Yo lo ponía de mañana para que se tuviera que levantar temprano para venir a grabar. Y en realidad, al principio me salió el tiro por la culata porque el loco venía de toda la noche, de tomar whisky, de todo. A veces le tenía que decir -dejá esa botella afuera. El loco llegaba de mañana pero arruinado; eso fue a principio de año. Después se puso a grabar y tenía muy buenas canciones, y empezamos todos a decirle -pah, está buenísimo lo que hacés. Y se empezó a copar, como que experimentó -digo yo, de afuera- una especie de sublimación interna, como que entendió que también podía hacer cosas buenas, que servía para algo, y empezó a traer hasta a la madre para que viera lo que hacía; todo el mundo estaba copado con él. A fin de año, el tipo estaba trabajando en el PTI (Parque Tecnológico Industrial). Se había conseguido trabajo acá al lado y venía a grabar en las horas libres. Fue como una recuperación de alguien, no sé en qué andará ahora pero fue como decir, por lo menos un tipo…”.

Existen varias formas de llegar a una Usina, todas ellas sencillas y accesibles. “Por lo general lo que hay más es gente que viene a grabar cuatro canciones” - cuenta Fabián. También le preguntamos si es necesario presentar algún proyecto o propuesta previa para acceder a la Usina: “Hay gente que a veces, por determinadas circunstancias no sabe cómo presentar un proyecto. Entonces, vienen, golpean la puerta acá y ya está. Muchas veces les doy mi teléfono personal, les doy hora. Vení tal día y grabamos. Después, hay veces que hay muchísima gente y luego baja, y al mes siguiente se llena. No sé bien en qué va eso pero pasa por épocas. En principio costó un poco entrar al barrio. No teníamos muchos usuarios pero luego remontó. Estuvimos un año con “La escuela del rock “(uno de los sub-proyectos de la Usina) y fue una de las más lindas experiencias”.

Manuel Larrosa tiene a su cargo la realización y coordinación de todos los proyectos audiovisuales de la Usina del Cerro. Trabajos que pueden ir desde un videoclip para una canción, un documental creado por liceales o un corto cinematográfico. “Lo habitual es que hagan videoclips. Se trabaja un montón en lo institucional. En el Apex hay muchísimos grupos de jóvenes, y es necesario realizar un gran trabajo de difusión. Hay una labor muy importante que es la de enseñar, incentivar el trabajo en grupo. No alcanza con alguien que maneje la cámara, tiene que haber alguien que maneje el sonido. En una producción más importante, también hay que poner alguna luz. Entonces en lo audiovisual, es fundamental poder trabajar la dimensión grupal”.
Cuando le preguntamos a Manuel, el más nuevo del equipo, por sus momentos de más disfrute desarrollando su trabajo nos relató la historia del Trío La Fortaleza: “El hacer ya de por sí se disfruta. La devolución, cuando por ejemplo, unos chiquilines ven el trabajo terminado. Hay gente que nunca pensó que eso fuera posible. Nos pasó hace poco de unos gurises que tocan en los ómnibus y tocan muy bien. En este caso se dio la inversa, en vez de ellos acercarse a la Usina, Gabriel (Coordinador general) los vio y les dijo -che, saben que acá en el Cerro existe una Usina, por qué no se arriman, les grabamos un demo. Y entonces llegaron, estaban todos los instrumentos a disposición. No lo podían creer, se filmó un videoclip e inmediatamente lo colgaron en el facebook, de un día para el otro tenía quinientas visitas, estaban contentisimos”.





CÓMO NACEN LAS USINAS
Gabriel Grau, parte del equipo de la Usina cerrense, pero además Coordinador general de las Usinas de todos el país nos relató gran parte del comienzo de esta aventura cultural: “Cuando llega Hugo Achugar (Director Nacional de Cultura del MEC), a finales del 2008 junta dos programas de trabajo, habla de los derechos culturales de la población y entonces crea el Área de Ciudadanía Cultural: Fábricas de Cultura, Talleres de Inclusión Socio-Cultural y trae la idea de las Usinas Culturales. Desembarca esta idea de acceso. Yo puedo acceder a un taller para capacitarme, por ejemplo en percusión, pero también crea esta área de las Usinas con el cometido de acceder a producir, no acceder solamente a capacitarse o acceder a un teatro a sentarme a ver a un percusionista sino también acceder a grabar yo como percusionista. Para tener todo el hilo de desarrollo cultural, no sé si completo pero parecería que bastante completo. Es decir, me capacito en una actividad cultural, accedo al Solís a ver una obra de teatro o un concierto, y si soy músico o tengo ganas de hacer un video, accedo a producir esa creación cultural, musical o audiovisual”.


CÓMO FUNCIONAN
A partir de esta idea inclusiva y democrática de acceso a la cultura, en marzo de 2009 se abre la primera Usina Cultural del Uruguay. Actualmente son trece Usinas, cinco en Montevideo, y ocho repartidas en los departamentos del interior del país.
Cada Usina tiene un equipo de trabajo compuesto por: un Coordinador general, quien se encarga de la comunicación en el barrio, la ciudad, el departamento, las articulaciones con la intendencia, con las oficinas de cultura, con los liceos, etc. También puede promover talleres, viajar hacia otras localidades a difundir actividades de la Usina; Técnico coordinador de audiovisual: le da forma a cada idea, acompaña todos los proyectos; Técnico coordinador de sonido: graba a los grupos o solistas que llegan hasta la Usina y les entrega un disco compacto con su trabajo para difundirlo de la manera que ellos crean más conveniente. Al mismo tiempo, cada Usina se encarga de difundir los trabajos de sus artistas a través de su propio canal de Youtube (allí se pueden encontrar gran parte de las creaciones realizadas por los usuarios) y otras vías de comunicación.

Como nos contó el equipo cerrense, el acceso a las Usinas por parte de sus potenciales usuarios es totalmente gratuito. Tal como lo indica su carta de presentación oficial , las Usinas: “están abiertas para todas las personas que deseen realizar un proyecto musical y/o audiovisual, especialmente adolescentes y jóvenes, que por razones económicas, geográficas o culturales no pueden acceder a este tipo de servicio”.
Muchas de las Usinas están a total cargo de la Dirección de Cultura del MEC, pero también pueden ser co-gestionadas con intendencias departamentales o, como en el caso de la Usina Cerro, con la UdelaR a través del Programa Apex.

En Bella Italia nos encontramos con un caso muy atractivo. Ya que un grupo de vecinos del barrio fueron quienes hicieron posible la creación de una de las Usinas más nuevas. “La primera trabajada con los vecinos y muy bien organizados ”. - nos cuenta Gabriel Grau con notoria alegría. “Hace años que se juntaron, tienen una Asociación Civil. Están gestionando un espacio que lo tienen en comodato, el Mercadito de Bella Italia. Ganaron un Presupuesto Participativo para una sala de música, y nos vinieron a proponer gestionarlo junto a la Intendencia. Es un trabajo muy interesante porque es la primera gestionada por los vecinos”.



PROTAGONISTAS

Cada Usina tiene su propia historia, sus propios personajes y particularidades. Tal vez una de las que ha generado más ruido en los medios de comunicación es la que está ubicada en Casavalle, donde el artista Aníbal González, más conocido como Don Cony, grabó su hit “Yo soy Marconi”. El pasado doce de julio el MEC le entregó un reconocimiento especial por su gran labor y por las más de cien mil visitas que tiene el video de la canción en Youtube. En sus letras con rimas y mucho ritmo, Don Cony cuenta la historia de su barrio con actitud desafiante y valiente, pero además lo hace de un modo que ha motivado a muchos otros jóvenes a seguir su camino o a buscar uno nuevo y mejor. En Yo soy Marconi dice: mi barrio no es cien por ciento delincuencia...quiero que saques a mi barrio de tanta persecución...Yo soy Marconi y acá yo me quiero quedar…

En la Usina del Cerro recuerdan con orgullo la aparición del conjunto musical El Octeto, un grupo integrado por ex-presos políticos que se formó en el Penal de Libertad en 1973 y que volvió a juntarse para hacer canciones en la Usina. Su composición “20 de febrero”, que puede verse y escucharse en la página de internet del MEC, relata una historia de vida que conmueve hasta las lágrimas.

La Usina del departamento de Artigas es una de las más coquetas y como si fuera poco cuenta con dos estudios para grabar audio. Allí, un grupo de docentes y estudiantes del Liceo departamental Nº1, con la colaboración y apoyo de los técnicos, realizaron un corto cinematográfico que se llama “El día que se apagó el sol”. Dicha creación audiovisual cuenta una historia campera, con música de folklore, cuotas de humor y suspenso, e inolvidables actuaciones.
La lista de artistas que han participado de la experiencia es interminable, pero el músico artiguense Juancho Moraes se destaca especialmente. A sus 76 años se dio el gusto de grabar sus más queridas interpretaciones de tango con su instrumento favorito. En entrevista para el sitio web del MEC relató cómo se hizo con su primer bandoneón: "Cuando tenía 18 años fui a la Caja Popular a pedir un crédito de 800 pesos, de aquella época, ¡que no son los mismos que ahora!...Desde siempre me fascina su sonido, porque es ronco en los bajos y enronquecido en los agudos.." Al final y con mucho esfuerzo pudo terminar el préstamo y adquirir su bandoneón. " Nunca pensé que iba a poder grabar mis músicas…” confiesa Juancho. “Un día iba en mi camioneta con la radio prendida, escuchando un programa de tango de acá de Artigas y pasaron mis músicas. No me lo esperaba y me puse tan contento y tan feliz".

DESAFÍOS...

Gabriel Grau (Coordinador general), sueña con poder editar discos con los artistas que graban todos los días en cada Usina. También cree que deberían poder comunicar más y mejor sus logros y actividades: “tener más ventanas para difundir lo que se hace, o poder participar en festivales o muestras de cine. Para eso tenés que tener a alguien que esté avispado en ese tema. Lo mismo en el área musical, poder lograr instancias de que músicos que hayan pasado por acá participen en algún escenario que convoque... No sé, puede ser un festejo que haga el MEC con bicentenario, -ya lo hicimos pero tipo lamparita que se prende y apaga, no una cosa continuada- que los músicos que pasen por acá tengan como esa red para generar toques por acá y por allá”.

Desde una perspectiva más ambiciosa pero posible nos contó la relación de las Usinas uruguayas con otros proyectos culturales en Latinoamérica: “tenemos una especie de hermanamiento no escrito pero sí sentimental con un estudio de música y grabación de Argentina que depende de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Tuvimos la posibilidad de visitarlo el año pasado. Nosotros estábamos como locos con ellos porque tenían un estudio bárbaro, pero ellos estaban como locos con nosotros por la cantidad de estudios que teníamos. Y sabemos que hay proyectos parecidos en Latinoamérica. Todos los ministerios, direcciones o institutos de cultura tienen su área de trabajo de desarrollo y ciudadanía cultural. Y bueno, ese es otro desafío, cómo poder hermanar las usinas, ese tipo de convivencia latinoamericana con proyectos parecidos de acceso cultural. Porque vos podés decir, puedo grabar acá un tema con un cantautor uruguayo y participa un cantautor mexicano arriba de la pista que se hace acá y se crea una canción entre dos artistas de diferentes países. Eso está buenísimo. Con Venezuela tuvimos un intento de cooperación. La idea era hacer un disco de temas venezolanos cantados por uruguayos y temas uruguayos cantados por venezolanos. Tenemos que seguir trabajando en ese rumbo”.

...Y OPORTUNIDADES

Para la realización de este informe, hablé con técnicos y usuarios de muchas Usinas y siempre y sin excepción escuché una voz amigable y un discurso entusiasmado. Nunca tuve la suerte de grabar una canción pero puede que ahora tenga ganas. Escuché y observé a muchos de los artistas que hasta hace unos pocos días, no conocía. Le mandé por correo a un amigo fanático del heavy metal un link de Nevenka, una banda del género que grabó en Casavalle y que seguro le va a encantar. Me acordé de Luis Antonio, otro amigo que vive en Las Piedras que tiene escritas más de cincuenta canciones y debería ir a la Usina más cercana para volver a grabar. Si me deja, yo lo acompaño en el bajo, y si no lo iré a ver en vivo.
Las Usinas constituyen un permanente flujo de música e imágenes, pero tal vez su valor más importante tenga que ver con su modalidad de trabajo. Descubrir, aceptar y asombrarse con lo nuevo, lo diferente. Ir a su búsqueda, su encuentro. Usar todos los sentidos. Intentar apartarnos un rato de nuestra propia realidad para acercarnos a la del otro y tal vez así no sentirse tan solo. Desde la perspectiva de esta experiencia cultural no parece tan difícil.





ENTREVISTA A DAISY TOURNÉ

LA IZQUIERDA NO ES DE MARTE


POR: GUILLERMO AMEIXEIRAS

En los tiempos que corren esta sentencia -la del título- podría pertenecer a algún candidato a opositor, alguien interesado en fomentar la creencia del fin de las ideologías, de la desaparición de izquierda y derecha, y de que todos son básicamente iguales, emparejando hacia abajo. Frío. La frase es de una de la mujeres más representativas de la izquierda nacional, dicha con afán crítico frente a un tema puntual. Una legisladora que puede identificar sus errores y reírse de ella misma. Que está convencida que izquierda y derecha existen y no son lo mismo, y que esa realidad se demuestra en los hechos. Que propugna por seguir profundizando el rumbo de cambio y cree fervientemente que a esta altura el “Uruguay es indetenible”; dando una vuelta de tuerca más a la consigna del Frente Amplio para octubre: Uruguay no se detiene.
Daisy Tourné nos recibe en su despacho. El mismo que ocupa hace - aproximadamente- veinte años y que abandonará casi seguramente para mudarse al viejo Palacio Legislativo cuando le toque la responsabilidad de representar al Partido Socialista en el senado. Entre muchos temas, hablamos de la campaña, de la oposición, de la importancia del Sistema Nacional de Cuidados, del machismo en la política y de su compromiso inagotable para lograr las mayorías en octubre. Una entrevista con una representante poco común que gusta escapar de los lugares comunes.

¿Cuántos años hace que estás en este despacho?
¡Creí que me ibas a preguntar cuántos años tenía, por favor! En este despacho no llego a los veinte porque cuando yo ingresé a la cámara en el 95 estaba allá enfrente. Ay qué vejez...
Todo hace pensar que te queda poco y que volvés al viejo edificio con los senadores...
Qué horror sí, por los despachos de enfrente digo.
¿Cuál es el recuerdo más importante de este lugar?
Para mí este despacho está atado a Guillermo Álvarez, que fue mi maestro. Tengo mil historias con Guillermo, fue el único que logró dominarme un poco los impulsos con una enorme paciencia. Yo llegué y los capos acá eran Guillermo Álvarez y Guillermo Chifflet. Aprendí todo con Guillermo en esa época. Las ambiciones personales no estaban permitidas en el PS. Luego se empieza legitimar que podés tener ambiciones personales.
Probablemente, como decíamos, te tengas que mudar al edificio de enfrente.
Ojalá me tenga que mudar porque quiero que el PS vote muy bien. Estoy en un lugar privilegiado (NA: Segundo lugar en la plancha al senado). Si no salgo sería una catástrofe del partido. Quiero que salgan más, que tengamos una bancada mucho más grande de la que tenemos, por eso quiero mudarme, ojalá. Pero no me gusta el edificio de enfrente, no me gusta para trabajar, es una cosa muy antigua, muy cerrada, rara.
¿Por qué es importante el senado como institución? ¿Es necesario tener dos cámaras?
Yo soy una gran defensora del parlamento, como institución democrática. Creo que no puede haber privilegio más grande para un ciudadano o ciudadana que te vote el pueblo para que lo representes. Presidente es lo más grande que hay, ¿no? ¿Y después? Legislador. Porque los demás son elegidos por el presidente, puestos acá o allá pero no votados por la gente. A mí no se me ocurre un lugar más honorífico. Si es por ahorrar plata y la democracia nos parece cara pongamos un par de gerentes y se acabó todo. Yo creo que cuando no hubo política, no hubo parlamento, nos fue muy mal a los uruguayos y sufrimos mucho. Somos un poco responsables los propios legisladores, del desprestigio del parlamento. Presentamos proyectos tontos que no convencen a nadie para hacer un poquito de demagogia.
¿Pero cuál es la importancia política del senado?
Los senadores son votados por ciudadanos del país entero. Es un núcleo muy reducido de ciudadanos que llevan una carga de representación muy fuerte. La cámara de diputados a la cual pertenezco es como más guerrera, más peleadora, tiene una representación departamental fuerte, los parlamentarios y parlamentarias pelean por cosas para sus departamentos. El senado tiene la obligación de tener la visión nacional de los temas. Cada senador tiene cuatro o cinco comisiones que atender. El senado tiene la mirada macro, más nacional, no está en el detallito. Como sí podemos hacer nosotros que somos más y podemos repartirnos en más comisiones.

Se conformaron las fórmulas presidenciales y por lo menos en los partidos que hoy tienen representación parlamentaria no hay mujeres. ¿Qué dice este hecho de la política y de la sociedad uruguaya?
Un atraso, Uruguay está por debajo de la media de América Latina en cuanto a representación política de las mujeres. Fijate que la media, que ya es baja, es de un 22% en América Latina y nosotros estamos en un 14%. Francamente a la hora de preguntarse, creo que nosotros tenemos una autopercepción complaciente de los uruguayos y las uruguayas, de nuestra democracia, de nuestro nivel educativo, de nuestra cultura, de nuestra tolerancia. Si nos escuchás en el discurso somos maravillosos. Demócratas y tolerantes y no es así. Yo que tengo la fortuna y el privilegio de representar a mi país en un organismo latinoamericano y del Caribe como es el Parlamento Latinoamericano, las veces que he escuchado hablar a los uruguayos con un poco de desprecio por la falta de trayectoria democrática y de cultura que tienen otros países. Sin embargo ellos tienen leyes mucho más avanzadas que nosotros en materia de género y participación de mujeres.
¿Es un tema solo de la política o también de la sociedad uruguaya?

Es un tema de la sociedad uruguaya, justamente. La política es el reflejo de la sociedad, hay una relación dialéctica importantísima entre lo que representan los legisladores, las legisladoras, los partidos políticos y lo que es la sociedad. A mí no me extraña cuando veo que como sociedad somos muy conservadores en el tema. En la participación y el tema de género es brutal. Por eso me parece buena la idea de Tabaré de darle para adelante al Sistema Nacional de Cuidados y ojalá la cumpla.
¿Cómo me atás el tema de la participación femenina en política con el Sistema Nacional de Cuidados?
Hace muchos años tuve la oportunidad de escuchar en el Parlatino a Marta Suplicy, que en ese entonces era diputada del PT en Brasil, y a Marcela Lagarde, una mexicana eminencia en materia de género, ambas coincidieron que mientras existiera la tarea doméstica atada a la condición de género, no íbamos a avanzar. Quienes cuidamos a los enfermos, quienes cuidamos los niños, quienes hacemos las tareas domésticas somos las mujeres y gratis además. En definitiva siempre está el qué vamos a comer, qué comprar; eso siempre está en la cabeza de las mujeres y mientras tengamos que cuidar a los viejos, tengamos que cuidar a los enfermos, tengamos que hacernos cargo de las personas que tienen discapacidad y de los niños, eso siempre nos va a atar y no permite estudiar, no permite competir en los trabajos, porque vos tenés que cuidar. Eso también ha hecho que las mujeres a veces se coloquen en trabajos más precarios para tener horarios más reducidos. O hace otra cosa peor, y es que tengamos pocos niños en el Uruguay. Porque cualquier mujer que quiera hacer una carrera universitaria o conseguir un trabajo sabe que no se puede embarazar. Mientras si tuviéramos un sistema social de responsabilidad colectiva, de cuidar a los más chiquitos, de cuidar a los más veteranos, eso podría liberar mucho a las mujeres de la recarga laboral, de la famosa jornada doble de trabajo que tenemos y permitiría que se compita, y se pueda participar. La política es un espacio fuertemente masculino, fuertemente aún hoy.

¿Incluso el Frente Amplio?
Obvio la izquierda no se salva, no es de marte.

La cuota que es solo por este período electoral ¿Cuánto te parece que va a contribuir?

Sí, va a contribuir a que se van a ver algunas mujeres, entonces van a saber a quién matar los varones para la próxima, porque como es una sola vez... Es terrible, es bochornoso una ley de cuota por una sola vez. Pero es el Uruguay que tenemos, qué vamos a hacer. Hay que cambiar cabeza, por eso hay que ir a la lucha ideológica y seguir batallando, porque se batalla de a poco el plan de la ideología. Van a salir senadoras, salir diputadas y para la próxima… olvídalo, viene la revancha.
¿Y cómo se puede pelear contra eso?
Creo que hay que buscar una legislación como hay en Argentina y como en tantos otros países de América Latina y el Caribe, que tienen cuotas permanentes teniendo claro que es una herramienta más. Porque no se elimina a la competencia, es mentira. Por más que tú establezcas un espacio que es para las mujeres, entre las que quieren ocupar ese espacio hay que competir. Y el tema de la capacidad por favor no lo quiero escuchar más. Lo vengo escuchando desde el noventa más o menos. Yo no sé cómo no les da vergüenza. Bueno sí....me acuerdo como si fuera hoy en el 91/92, Comité Central del PS discutiendo el tema de la cuota. Un compañero de gran trayectoria socialista, manifestó que estaba bien poner una cuota, pero que entonces había que hacer cursos de capacitación para las señoras. ¿Y dónde se capacitaban los varones que estaban allí? No me contestaron. Pero hoy hay gente que sigue pensando eso y hay gente que sigue pensando que es bochornoso el trato con la cuota. En la izquierda estoy hablando, mujeres de la izquierda lo opinan. Porque lo entienden mal ellas también, creen que va a entrar cualquier discapacitada, la cuota no elimina la competencia por discapacidad, la gente no es tonta. Bueno, claro, en los lugares que las ponen a dedo puede ser.
Daisy, del "Vamos Bien" como slogan, pasamos al “Uruguay no se detiene”. Encuentre las diferencias se llama esta sección.
No sé de consignas, eso saben las personas que hacen la consigna, yo voy a ir rapidito. Pero la verdad es que no creo que la consigna motive a nadie. Prefiero "El Uruguay no se detiene"

¿Te gusta más?
Sí, me gusta más. Por lo menos da a entender que tenemos que hacer cosas. El "Vamos bien" parece que es sigamos como estamos, parece que vamos bien. Y el "Uruguay no se detiene" por lo menos lleva implícito la necesidad de seguir haciendo cosas para mejorar, tiene como implícito el cambio. El "Vamos bien", es más bien como vamo’ arriba, vamo’ arriba. A mí me gusta más "El Uruguay no se detiene", pero no me va la vida en eso, no se gana en las elecciones ni con consignas ni con marketing. Yo no aguanto ese tipo de cosas, es doloroso que nosotros nos compremos eso, esa cosa hueca sin ideología, sin pelear lógicamente. El Uruguay es indetenible. Y es indetenible porque ya se desató un proceso de pensar y de criticar. Yo no quiero un pueblo obsecuente que se conforme. Mirá, en una reunión en la que estuve hace poco en Suárez con un montón de vecinos, un veterano notable dijo una cosa que debería formar parte de las mejores citas del pensamiento uruguayo: la gente hasta que no empezó a tener cosas no se dio cuenta de lo que le faltaba. Y es verdad. Una gran genialidad, cuando vos estás en la carencia absoluta, no sabés lo que te falta. Cuando empezás a recibir y empezás a ser consciente de los derechos es que empezás a demandar más. Entonces no pensemos que el pueblo es torpe, tonto y que va a votar por un par de consignas, una banderita, una canción más o menos o por todos los avisos que le pongamos en la tele. Creo que hay que salir a desmontar mitos y mentiras que se le dicen a la gente y contarles la verdad, creo que por eso no nos tenemos que detener. Tenemos que salir a contar cosas que hemos hecho, que son increíbles. Hoy estuve escuchando que hay noventa y ocho mil niños en las escuelas uruguayas, que están aprendiendo una segunda lengua, algunos de ellos a través de las videoconferencias y otros con profesor. En la escuela pública estoy hablando eh, no estoy hablando de la escuela privada. Y no sabemos que eso existe, nos hacemos eco de cuando sale la oposición. Larrañaga salió a proponer que va a dar inglés en todas las escuelas, ignora que esta realidad existe y que además no le alcanzarían los profesores existentes y nosotros decimos: ah mirá, la cosa que dijo el señor y no sabemos lo que nosotros hacemos. Entonces me parece que mejor salgamos a decir lo que hicimos y lo que nos falta por hacer también, porque nos falta por hacer. Ahora, los únicos que podemos dar cuenta y hacer lo que falta por hacer, en mi modesta opinión es la izquierda.

¿Hay que seguir en estos tiempos hablando de izquierda y derecha?
Sin lugar a dudas. Si un señor quiere meter preso a todos los gurises morochos pobres que existen en el Uruguay, por Dios....eso es de derecha. La izquierda para mi quiere otra cosa, que esos chiquilines estén contenidos para que no salgan a delinquir, que tengan otro proyecto de vida que no sea la delincuencia. Para mi es clarísimo, existe la izquierda y la derecha, lo que pasa es que hoy todo el mundo es más o menos consciente que decir que es de derecha es medio feo. Entonces somos todos iguales. A eso es lo que se ha dedicado la derecha, a decir que somos todos iguales. Y lamentablemente la izquierda a veces se duerme en los laureles y no sale a mostrar la diferencia. No, pará un poquito, no somos todos iguales. Entre otras cosas porque nosotros le pagamos casi novecientos dólares por mes a un maestro que recién inicia, cuando Lacalle le pagaba ciento y pico, entonces no somos todos iguales. Mi amigo, porque lo aprecio mucho, Luis Lacalle Pou, hizo una campaña preciosa, pero no dijo nada. Nada más que concitar a la bondad, ahora el problema va a ser cuando se tengan que poner las ideas sobre la mesa, ahí los quiero ver.
Días atrás Lacalle Pou junto a Larrañaga dieron una conferencia de prensa y dijeron que en este período, estos escasos meses que quedan de actividad parlamentaria el Partido Nacional va a atacar específicamente tres puntos: las denuncias contra el SIRPA, la situación de Pluna y Ancap.
¿Qué opinás sobre la situación del SIRPA, sobre las denuncias de tortura con una visión además de alguien que trabajó en el INAU?

Trabajé en el INAU en varios sectores. Formando educadores sociales y como fonoaudióloga en los hogares con los chiquilines. Es un tema sumamente complejo, difícil, creo que hay cosas buenas. Por ejemplo, se pararon las fugas, antes era una puerta giratoria, entraban los chiquilines y salían. Conozco el personal también y hay de todo como en botica, gente con muy buena formación y gente que no la tiene. Y también te digo, es muy difícil tratar con determinadas poblaciones, lo cual no justifica los malos tratos ni abuso en materia de derechos humanos. La solución tal vez pase por lograr un instituto más grande con mayores locaciones, y con mucho más profesionalidad en el trabajo. Yo quiero que me encuentres los psicólogos que quieren ir a trabajar ahí. Los educadores sociales que yo formé se me iban al mundo de las ONGs, pocos quedaron en el INAU. Es una tarea altamente profesional la de trabajar con los chiquilines que tienen problemas con la ley penal, que tienen historias sumamente tristes. Por eso tenés que tener alto nivel de profesionalidad que no siempre se encuentra y ahí pueden estar algunos de los errores. Por parte de la oposición son temas que le dan taquilla. Es tirar y cobrar.
¿Y Pluna?
Se cometieron errores, e incluso se reconoció eso. Lorenzo es un gran compañero y creo que puede haber cometido un error. Ahora tampoco creo que haya cometido un error como otros para llenarse los bolsillos de plata. Pero está ese artículo que lo estamos debatiendo incluso en la izquierda. El famoso artículo 162, el abuso innominado de funciones, que no sabemos qué quiere decir, que toda la cátedra opina que hay que quitarlo y que ahora metidos en este berenjenal hay quienes temen quitarlo. Entonces creo que uno tiene que medir con honestidad las cosas. ¿Fue un error? Fue y se pagó carísimo. ¿Tú crees que la renuncia es fácil? Yo viví una renuncia y no es fácil. Y hay gente que no renunció hasta que los echaron acá, y está en la historia de este país. Si son errores debemos reconocer los errores pero las injurias creo que no hay que aceptarlas, y por otra parte el abuso de algunos hechos para hacer campaña política y ganar tres o cuatro votos más a mí me resulta antiético. Soy antigua capaz. Lo van a hacer porque son pocos los otros recursos que le quedan para dar una buena campaña, debatiendo ideas, demostrando lo que quieren hacer y criticando en realidad lo que hizo este gobierno.

Nos queda Ancap y un déficit anunciado de unos 150 millones de dólares,
Veremos si hay tal déficit o si se le puede llamar déficit y a qué se debe también. En qué se invirtió ese dinero que se fue porque nunca se tiene en cuenta, se dice hay un déficit de tal cosa; yo me acuerdo cuando Lorenzo nos explicó, yo no sé mucho de economía te quiero aclarar, más bien mis temas son otros, pero por ejemplo, lograr que el dólar no se dispare, sale muchísimo dinero que tiene que invertir el estado. Hoy cómo no va a ser importante eso cuando tiene que ver con la inflación y la vida cotidiana de la gente, pero nadie le explica eso a la ciudadanía. Qué casualidad Raúl Sendic, el candidato a vice fue quien gestionó Ancap.

¿Te preparás para un posible escenario con un Frente Amplio sin mayoría parlamentaria?
Ahora me voy a matar en la campaña electoral para tener la mayoría parlamentaria porque sé lo que significa. No solo significa que voy a salvar a un ministro en una interpelación, significa la estabilidad y la profundización de un modelo de izquierda. Porque esta gente que hace muy bellos discursos, fijate, no levantan la mano en la ley de armas, votan en contra porque hay que votar en contra, trabajaron pero votan en contra. Quiero decir, van a votar en contra cualquier cosa. Es importante desarrollar el acto de la negociación. Pero yo me preparo en primera instancia para dar la batalla electoral y tener mayorías parlamentarias. Si no las tengo, tendré que trabajar en la negociación. Confío muchísimo en la inteligencia del pueblo, el pueblo sabe lo que cuesta no tener mayorías parlamentarias en este momento y va a decidir.


¿Cómo pensás que se va a recordar a José Mujica como Presidente?
Es el presidente diferente, no hay duda, se va a recordar así, como presidente campechano, el del dicho más vinculado a lo rural. Me da la impresión de que se va a recordar así. Como el tipo que no renunció a determinada manera de ser y pensar. Que no se dejó domar por el status quo del traje y la corbata. Pero lamentaría mucho que una personalidad con la riqueza intelectual que tiene el presidente, que a veces se disfraza de alpargata quedara en el personaje y en lo anecdótico. Ha sido bastante más que el personaje y la anécdota. Lamento pensar que a lo mejor queda en el recuerdo como esa cosa que tanto les llama la atención a los europeos que es un presidente pobre, cuando no es pobre, menos aún ideológicamente. Es brillante.



Por: Guillermo Ameixeiras

 

© 2013 CORREO SOCIALISTA . All rights resevered. Designed by Templateism

Back To Top